Si hablásemos de perfumes, la poesía ocuparía un lugar de excepción; la narrativa puede ser buena, excepcional, meritoria... Pero la poesía es esencialmente difícil, sobre todo la buena. En ella encontramos los más puros elementos de la literatura: metáforas inesperadas, resonancias que despiertan la adjetivación, versos cortos, largos, indefinidos, libres, ritmo grandioso... ¡Qué más se puede pedir!
La poesía es un plato singular, fuerte y delicado de sabor, no todos la pueden comprender, si te gusta la apreciarás siempre, y si no, jamás la entenderás. Pero para los que hayan encontrado el dulce camino del entendimiento les diré, que no hay nada más hermoso que un conjunto de palabras repleto de poder, y es que la poesía es capaz de hacer llorar y reír, y por supuesto de despertar todos los sentidos. La contemplación detenida asombra cuando se precipita sobre el papel con su extraordinario ritmo, y es entonces cuando las palabras adquieren la esencia de un buen perfume, uno de esos caros que dejan su estela de aroma al pasar. Poetas hay muchos, solo tienes que encontrar tu preferido y disfrutar de su sensibilidad; en mi opinión Pablo Neruda es uno de los poetas universales más grandes que las letras han dado, su poesía parte de la cercanía con el Neorromanticismo y cualquier contacto con el mundo lo poetiza con maestría absoluta, incluso, a veces, hasta lo vulgar. Neruda escondió entre sus versos imágenes y metáforas que parecen incontroladas por la razón, comunicando emociones a través de ellos y viajando por el mundo en coche de lujo. Su poesía también viajó por a todas partes y siguió una suerte paralela a la vida del autor, quien decidió escoger el nombre de un poeta checo por el que sentía gran admiración y ocultar el suyo, Ricardo Eliezer Neftalí Reyes. Esta noche me despido con palabras del propio poeta, animando a la lectura de la poesía y enviando mucha suerte a quien quiera pertenecer a este mundo. (...) mil años de aire, meses, semanas de aire, de viento azúl, de cordillera férrea, que fueron como suaves huracanes de pasos ilustrando el solitario recinto de la piedra. (Alturas de Machu pichu) Pablo Neruda.
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Muchos escritores han utilizado este recurso, es una técnica que se ha convertido en una constante en nuestra literatura que arranca entre los siglos XV y XVI y llega hasta nuestros días. Así Umberto Eco comienza el Nombre de la rosa (1980) con estas palabras: " Naturalmente un manuscrito. El día 16 de agosto de 1968 fue a parar a mis manos un libro..."
Durante el siglo XVI el auge de las novelas de caballerías fue tal que se llegaron a publicar más de sesenta novelas, y una constante en ellas era presentar los hechos fantásticos como verídicos, de ahí que muchos autores declararan haber encontrado y traducido un manuscrito en el que se basaba su historia. Cervantes utilizó esta ficción del manuscrito encontrado (un manuscrito árabe) en su famosa novela El Quijote. En 1832 E. A. Poe fue premiado en un concurso por su obra "Manuscrito en una botella" en la que también emplea el citado recurso, y años más tarde, en 1942 Camilo José Cela rescata la técnica cuando escribe "La familia de Pascual Duarte" partiendo de la idea de que Pascual Duarte encuentra un manuscrito en la cárcel y comienza a novelar la historia tras este inciso. La idea de verosimilitud que da credibilidad al contenido planea sobre todas las obras que utilizan la idea del manuscrito encontrado, el lector ajeno a tal recurso puede llegar a dudar de si la obra que tiene entre sus manos se acerca en algunos momentos a la realidad, que por otro lado muchos conocen y valoran. Su uso ha sido de gran utilidad a través de los tiempos, y su efecto ha acompañado merecidamente a su éxito. Este excepcional reconocimiento es uno de los cinco premios que el filántropo Alfred Nobel señaló específicamente en su testamento. Sus propias palabras fueron: " A quien haya producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal."
La institución encargada de seleccionar a los ganadores de tales premios es la Svenska Academien ( La Academia Sueca), y el premio se concede el primer jueves de octubre de cada año. Las letras hispanas han obtenido en varias ocasiones este reconocimiento que en ocasiones se ha considerado algo polémico por considerar que han sido ignorados autores que hicieron aportes muy significativos a las letras a nivel mundial. Los ganadores de lengua española ha sido los siguientes: José Echegaray 1904 Jacinto Benavente 1922 Juan Ramón Jiménez 1956 Vicente Aleixandre 1977 Camilo José Cela 1989 Gabriela Mistral 1945 Pablo Neruda 1971 Miguel Angel Asturias 1967 Gabriel García Márquez 1982 Octavio Paz 1990 Mario Vargas Llosa 2010 Esperemos que muy pronto esta lista se actualice con nuevos escritores de nuestra querida lengua. No hay mucha diferencia entre la realidad y la ficción si hablamos de amores inconfesables, de hecho muchos de los grandes clásicos reconocieron en más de una ocasión que sus personajes no eran ni más ni menos que sus amadas musas, sus amores secretos y sus pasiones prohibidas.
El famosísimo autor italiano de La Divina Comedia, Dante, ficcionó a su amor secreto a través del personaje de Beatrice que le sirvió de guía por el recorrido que describió desde el Purgatorio al Paraíso, pasando por el Infierno. Su relación jamás fue posible al ser Beatrice una mujer casada y morir prematuramente en un accidente cuando contaba tan solo con 25 años. El gran humanista y lírico Francesco Petrarca también se apuntó a esta lista de escritores y amantes secretos, su obra inspirada por una mujer llamada Laura hablaba de belleza sublime y amor añorado, pero el autor y sus rígidos principios jamás materializaron este amor adúltero. La pasión por la joven Laura nunca pereció y pasó de representar la belleza de la antigüedad, al ángel de la sabiduría y la moral cuando fatalmente murió de peste negra en 1348. Charles Dickens se pasó toda la vida enamorado de su cuñada, quien vivió hasta su muerte con el matrimonio Dickens, este amor secreto que tampoco nunca se materializó supuso para el autor varias crisis creativas que le obligaron a interrumpir su trabajo con alguna de sus obras como Oliver Twist. Dicen que tras la muerte de su amada cuñada, colocó en uno de sus dedos el anillo que ella llevaba desde niña y jamás se lo quitó, este amor acabó con su matrimonio y Charles comenzó una relación con una joven de 16 años que le recordaba mucho a ella. Por último decir que ni siquiera William Shakespeare se vió libre de este influjo amoroso; se enamoró perdidamente de una mesonera con quien mantuvo una relación ilícita al margen de su matrimonio, y con quien tuvo un hijo, William Davenant. Parece ser que los personajes de novela comparten con sus autores mucho más de lo que a priori confiesan, y es que los escritores solo sabemos escribir de aquello que nos emociona y conocemos bien. El amor es el sentimiento más real y especial que nuestro corazón guarda celoso y a la vez deseoso de pregonar a los cuatro vientos. Leyendo el blog de Manuel Guisande, "Al fondo a la derecha", comprendí perfectamente lo que otro escritor siente como yo al finalizar un libro. No sé si se le puede llamar tristeza o depresión, pero bajón seguro que sí, es como haber hecho un esfuerzo muy grande para que todo el proyecto salga como tiene que salir, y al final ese empeño te pasa factura. Pues sí amigo Guisande; a mí también me pasa, es como si obligatoriamente me tuviera que despedir de esos personajes que han formado parte de mi vida durante muchos meses y ya no volviera a tener con ellos la misma relación, sus vidas se quedan atrapadas en el papel y la mía sigue hacia delante. Otros personajes vendrán que me harán feliz sintiendo mías sus vidas, pero hasta que aparecen ...¡Qué pena! ¡Qué pena más grande!
A mí también me ilusiona saber cómo van las ventas e imaginar que alguien está disfrutando con la lectura de mis libros, es como saber que a tu hijo le va bien, y eso es una satisfacción enorme. Mi truco para no venirme abajo es empezar otro proyecto, eso sí nunca igual, si he escrito una novela me pongo a preparar el material de mis cursos de verano, imagino como daré las clases y pongo toda mi ilusión en crear un cuaderno que entusiasme a mis alumnos, escribo más en mi blog, trabajo en la elaboración de un guión... En fin, le guardo un poco el luto a mi novelita y a mis personajes por los que daría mucho, mucho, mucho... ¡De verdad! Supongo que estos sentimientos solo los comprende otro escritor, por eso este post va principalmente dedicado a tí y a nuestros colegas que piensan como nosotros. El alma de los artistas es demasiado sensible y la debemos cuidar con todas nuestras fuerzas, es como el corazón de las princesas de cuento de hadas, que dicen que se enferma y se rompe de tristeza si se aleja de su reino, pues así es el nuestro, un corazón de cuento. Te mando muchos ánimos y mucha suerte. ¡¡Muchas felicidades por tu libro, y que el bajón dure poco!! Indagando en la vida y obra del escritor de relatos de terror H. P Lovecraft, descubrí, que como todos los grandes escritores se ha dejado influir por otros autores cuyas obras, grandes o pequeñas, famosas o desconocidas son grandes joyas que se ocultan en el corazón de la literatura de calidad, y están allí para ser leídas y descubiertas por quienes aún no han oído hablar de ellas.
Edward George Bulwer Lytton, escritor y político británico, pasó a la historia de la literatura como novelista, pero su prosa excesiva y barroca muy apreciada en su época, se fue olvidando por resultar desmedida para el concepto que se empezaba a tener de la misma en épocas posteriores. Sin embargo sus narraciones de terror influyeron decisivamente en el maestro del género H.P Lovecraft, quien consideró que sus relatos eran excepcionales y describían a la perfección lo que se entendía por entonces como casa encantada. Lafcadio Hearn afirmó que uno de los relatos de Bulwer era la mejor historia de fantasmas jamás escrita en lengua inglesa, reproduciendo fielmente las vivencias de una pesadilla en una vieja mansión victoriana. "La casa y el cerebro" es por tanto, y a juicio de los mayores entendidos en novelas de terror, un auténtico diamante, es una novela corta de unas cien páginas que describe escenas tenebrosas de gran plasticidad. Cuenta la historia de una casa fantasmal donde un hombre, escéptico en el tema, decide pasar la noche con su criado y su perro para desmontar la leyenda. Los sucesos paranormales se suceden y las descripciones consiguen poner los pelos de punta al lector, el relato adquiere un gran valor por su dosis de creatividad e imaginación que sitúa todo el misterio en torno a una habitación vacía donde vive un espíritu inmortal, que desde la lejanía es capaz de producir los efectos especiales y espectrales que gobiernan la casa. El diálogo del hombre con el personaje sobrenatural y todas y cada una de las descripciones que se cuentan de los sucesos acaecidos en la casa, convierten la obra en una pieza interesante a tener en cuenta para quienes disfrutan del género de terror, al estilo más puramente clásico, elegante y distinguido. Este evento cultual se desarrolla cada año durante unas cuantas semanas que van desde el 30 de mayo al 15 de junio, el lugar elegido es el Paseo de Coches del Parque del Retiro de Madrid que congrega a unas trescientas casetas especializadas en distintas temáticas, para ofrecer al público las mejores obras escritas, con un descuento interesante que anima al lector a adquirir cualquier ejemplar de su gusto.
Durante la feria muchos escritores acuden a firmar sus libros ya que resulta interesante conservar ejemplares rubricados y dedicados por sus creadores. Desconozco a día de hoy el nombre de los autores invitados a la feria de este año, pero sugiero buscar una de las novelas que más éxito está teniendo últimamente. Mi recomendación es la siguiente: Juan Gómez Jurado y su novela "El paciente", se trata de una historia de emoción e intriga bien escrita y bastante amena que cuenta la historia de un importante neurocirujano que debe enfrentarse a un problema crucial para su vida y su profesión; un paciente debe morir en su mesa de operaciones para que su hija pueda vivir. La acción se desarrolla durante 63 horas frenéticas en las que se plantea un dilema moral. El autor del libro es un periodista que ha trabajado en las redacciones de importantes medios españoles y sus anteriores novelas han tenido un gran éxito publicándose en más de cuarenta países. Junto a esta sugerencia de literatura de actualidad, se me ocurre que lo ideal sería realizar un cóctel de libros para el próximo verano que contenga como los buenos combinados un poco de todo. En la feria hay casetas dedicadas a los grandes clásicos, y la idea es compáginar ambas lecturas dependiendo del momento del día. Yo me ha apuntado al cóctel, y estoy rememorando la maravillosa novela de Emily Brontë "cumbres borrascosas". "Wuthering Heeights", nombre original de la novela de Brontë en cuestión, me ha hecho probar esta mezcla a través del deseo de devolver a mi mente tiempos pasados. Por cierto, los clásicos tienen un precio muy asequible y son siempre una buena alternativa para los tiempos que corren. Sea de una u otra manera, hay miles de propuestas para hacer que la lectura de este próximo verano nos deje del todo satisfechos. ¡¡Feliz feria!! ¿Qué es lo que hace que una novela sea todo un éxito? La respuesta no la sé, pero ayuda mucho el tener a una gran editorial detrás; hay autores que parecen tocados por el éxito, ungidos por un brillo sobre natural que los convierte en gigantes de la letras y sus nombres consiguen traspasar todas las fronteras imaginables. Esos hombres o mujeres se convierten en genios comerciales de la literatura, y sin duda, pueden vivir de ella, reciben críticas positivas de los más prestigiosos diarios internacionales y en las mejores librerías del mundo se exponen sus obras con formatos extraordinarios y sumamente atractivos. No son demasiados estos privilegiados pero ya son bastantes; en los últimos tiempos The Washington Post publicaba: "Todos los que disfruten con novelas conmovedoras y de suspense deberían apresurarse a la librería más cercana y hacerse con un ejemplar de La Sombra del Viento".
The New York Times, decía " García Márquez, Umberto Eco y Jose Luis Borges se encuentran en un mágico y desbordante espectáculo, de inquietante perspicacia y definitivamente maravilloso, escrito por el novelista español, Carlos Ruiz Zafón. Como estas muchísimas críticas positivas tuvo la primera novela de la trilogía de Los libros Olvidados del escritor catalán, tantas como para convertirse en el mayor éxito mundial de la novela española con más de cinco millones de ejemplares vendidos. Después llegó El Juego del Angel y El prisionero del Cielo, que fueron recibidos con la máxima devoción por parte de los seguidores de la saga. Sus obras se han traducido a más de treinta lenguas y publicadas en más de cuarenta países obteniendo numerosos premios internacionales. Pues sí, ya ven, el sueño se hace a veces realidad, y nuestros personajes nos superan hasta el punto de valer más que nosotros mismos, nadie hubiera podido asegurar tanto éxito a un escritor que entre sus más preciosas palabras escribió un día: "Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Esto escribía Carlos Ruiz Zafón en su primer acto: La ciudad de los malditos, de su libro: "El Juego del Angel", quizás algún día pensó así, tal y como describía que lo hacía su personaje David Martín, pero lo cierto es que su éxito no ha tenido fin y creo que sus seguidores seguirán anhelando nuevas novelas repletas de la misma magia e genialidad como la que ha sabido demostrar hasta el momento. |
GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
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