De Quevedo se afirmó que era ascético y ambicioso, piadoso y desvergonzado, rencoroso y estoico, presumido y ridículo, probablemente ser tantas cosas le hacía tan vulnerable al ataque como apto para la exaltación desmedida. Es conocida su sempiterna obsesión castigándo a Góngora con su poesía por emplear ese estilo culterano que le parecía insultante; lo hizo a través de "La aguja de navegar cultos" y "La culta latiniparla", nunca soportó el eterno cuidado de la forma y el embellecimiento del estilo a base de metáforas, hipérboles y cultismos del lenguaje que deslumbraban cualquier contenido con su exagerado hipérbatón.
Llegó a dedicar a Góngora un epitafio tras su muerte que no escatimaba en insultos, ni siquiera el fallecimiento de su eterno enemigo literario aplacó sus iras; el poema no fue fechado, pero los especialistas en el tema aseguran que fue escrito tras la muerte del escritor cordobés, Luís de Góngora. En el le llamaba jugador (ordenado de quínolas estaba), mujeriego y bebedor (sacerdote de Venus y de Baco), y sobre todo, corruptor de la lengua y la literatura, crea para ello el vocablo jerigóngora para definir sus excesos, y termina de forma rotunda: Fuése con Satanás, culto y pelado: Mirad si Satanás es desdichado. Años antes, Quevedo ya había utilizado incluso el estilo gongoriano para satirizar a su oponente, llevando al máximo los excesos de Góngora en materia de léxico en un genial soneto en el que la opacidad funciona como elemento satírico: Merlincocaizando nos fascistas vorágines, triclineos,pronptuarios, trámites, vacilantes icareas De lo ambácigo y póntico trosquiscas fuliginosos vórtices y varios, y, atento a que unificas, lambrusqueas. Por lo menos, y ya que insultaba, Quevedo mostraba emplear todo su arte y talento para ello, probablemente hasta su adversario se sentiría de vez en cuando orgulloso de recibir tan insignes críticas.
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GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
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