Esta frase tan cierta como curiosa no es más que un magnífico retruécano, una figura literaria capaz de explicar a través de su juego de giros, un contraste o una antítesis con lo que se está diciendo. Consiste simplemente en repetir una frase en sentido inverso para demostrar el gran cambio de significado que se produce; es por tanto una figura de repetición.
Muchos autores utilizaron, utilizan y utilizarán el retruécano como guiño expresivo muy fácil de recordar que aporta simplemente una frase curiosa para pararse a pensar. Ya en tiempos de Quevedo o Góngora se utilizaba el retruécano a menudo, y las frases "retruecanadas" pasaban "a la historia" formando parte importante de nuestra cultura, junto a los dichos populares que la gente incorporaba en sus coloquios. "Faltar pudo a Scipión Roma opulenta; más a Roma Scipión faltar no pudo" (Francisco de Quevedo) "Cuando pitas flautas, cuando flautas pitas". (Luís de Góngora) Después de ellos se ha seguido utilizando, a veces con intención irónica, otras veces con humor, y otras sin mejor motivo que su simple y agradable uso. ¿Cómo creerá que sientes lo que dices oyendo cuan bien dices lo que sientes? (B.L de Argensola) En nuestro lenguaje cotidiano también se ha incorporado el retruécano para hacer buen uso de el como "método" de aprendizaje, y memorizar así moralejas o sabios conocimientos capaces de darnos una buena lección, con solo entender su doble sentido. "Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto". "Es mejor no decir lo que se siente, sino sentir lo que se dice" La segunda parte del retruécano nos hace sonreír y sacarnos de lo que aparentemente no deja de parecer un error. Puede llegar a convertirse en un atractivo juego de niños y en un "chascarrilllo" que contar con una sonrisa en los labios sin esperar demasiado a cambio, tan solo la cara de "haber entendido" por parte de nuestro interlocutor.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
Categorías |