En la adolescencia no existe el término medio; o se quiere o se odia, o se es feliz o miserable, por eso la literatura que gusta a esta edad suele ser radical, emotivamente intensa y de un carácter intransigente que no deja lugar a los términos medios.
Las aventuras de Alejandro Dumas se encuentran en un lugar privilegiado en este "ranking" de clásicos, pero si de verdad esperas encontrar la emoción deseada, las narraciones con tintes de miedo conseguirán aficionar con su fantasía, a cualquier quinceañero. El libro de Nathaniel Hawthorne sobre la mitología griega (El libro de las Maravillas), ofrece una importante selección de historias que se han convertido en mitos clásicos; Perseo y la Medusa, el Rey Midas, la Caja de Pandora, el fantástico caballo Pegaso o el viaje de Hércules al jardín de las Hespérides. El padre del terror, Edgar Allan Poe y sus Narraciones Extraordinarias como los Crímenes de la Calle Morgue son también una buena opción por su intensidad narrativa. Igualmente resulta imprescindible en una buena biblioteca juvenil La Metamorfosis de Kafka que auna tensión y suspense, junto a los conflictos planteados por Shakespeare en Hamlet o en Romeo y Julietta. Por último, la novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451 se presenta como un buen ejemplo dentro de la ciencia ficción, y se trata de una distopía, es decir, lo contrario a una utopía y además con tintes apocalípticos. Su título hace referencia a la temperatura a la que arden los libros, y es un alegato a favor de la lectura que en realidad simboliza tanto la libertad como la capacidad crítica de las personas. Comenzar con cualquiera de ellos es sin duda... ¡¡Un buen comienzo!!
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GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
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