Fueron muchas las voces que proclamaron decadente a una literatura que apenas aportaba ideas nuevas porque recogía las utilizadas en el Renacimiento, sin embargo el resultado fue bien distinto; se produce un caudal dramático a través de Lope de Vega como no se había visto hasta entonces, y una lírica excepcionalmente culta a través de Góngora por su especial forma de describir la realidad, Quevedo por su parte contrasta con su colega defendiendo un conceptismo que trata de desprestigiar al culteranismo con el que siempre se enfrentó, presentándose como un moralista desconcertante que llegó a ser considerado la mente más valiosa de su tiempo. Por lo tanto nunca debe afirmarse que esta época no dejó una profunda huella en la historia de la literatura porque no es cierto, si acaso un siglo dorado lleno de contrastes que obligó a los libreros de entonces, a tener otras funciones que la simple custodia y venta de los libros, para sobrellevar la tremenda competencia que existía entre ellos; se cuenta que los libreros solían vender lo que hoy llamamos artículos de escritorio junto a las grandes obras, y relata Quevedo en "El sueño del infierno" que a la puerta de una librería había un rótulo que decía: Aquí se vende tinta fina, y papel batido y dorado, y en el inventario de bienes que se hizo a la muerte del librero Martín de Beva (1637), se registran entre otras cosas: papel, plumas de ave para escribir, tinta, polvos de secar, lacre, hilo de coser cartas etc...Este comercio complementario era muy beneficioso si se contaba con una buena cartera de clientes, y cuentan también que el citado librero tenía entre sus clientes habítuales a nada más y a nada menos que al Conde-Duque de Olivares, y que este le adeudaba cierto dinero por la compra de papel para su despacho.
El teatro, a su vez, también fue considerado un elemento clave en el Siglo de Oro; Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia tenían representaciones regularizadas y continuadas durante todo el año, el público estaba muy interesado en un espectáculo que se había hecho público, y a través del cual podían aprender y vivir lo que para la sociedad en general no era fácil. La comedia y el enredo crearon un ambiente de expectación multitudinario que disfrutó con cada uno de los actos, y sobre todo con su final feliz. Lope de Vega tuvo una gran producción en este campo, y se le ha llegado a considerar el creador del teatro nacional. En su arte nuevo de hacer comedias expuso los principios de lo que hoy es el teatro europeo. Por esto y por muchas otras aportaciones, el Siglo de Oro de la literatura española se ganó a pulso su dorado e insigne título entre otras muchas y valiosas calificaciones.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
Categorías |