Tras la guerra civil España ya era otra, había cambiado en todos los ámbitos y por supuesto en la literatura también, se convirtió en un país huerfano de representantes literarios: unos estaban muertos, otros exiliados, y los pocos que escribían lo hacían bajo la daga de la censura.
El periodo de 1939 a 1950 genera todo tipo de tendencias que al final desembocan en el pesimismo más absoluto que había dejado la guerra en el corazón de todos los literatos; se busca un camino por el que continuar un trabajo que se ha quedado cortado y a medias, aparecen las novelas triunfalistas que gustan al nuevo régimen y que ensalzan valores muy de moda, como la patria, la familia o la religión. Agustín de Foxá destaca en esta tendencia con su obra: "Madrid de corte a checa". Por otro lado busca su lugar una tendencia dramática y tremendista que quiere narrar dolor, violencia y fatalidad para reflejar el sentimiento social en el que se encuentra el país, y es ahí donde "La familia de Pascual Duarte" se abre paso con su argumento sórdido y existencialista que rescata cierta dosis de la picaresca española de otros tiempos, y de la novela social de los años treinta. Pascual Duarte es un campesino extremeño reclutado a la fuerza para la guerra, que ha vivido una infancia infernal dominada por los malos tratos de su padre y el alcoholismo de su madre, y que no logra que la fatalidad le deje de perseguir en años posteriores; la muerte de sus hijos, de su mujer y de su hermano, y la posterior condena a la que debe someterse por matar al chulo de su hermana dedicada a la prostitución, convierten el relato en una historia pesimista que refleja una España triste y carente de esperanza. Pascual Duarte es condenado al garrote vil convirtiendo su destino en una tragedia tan grande como lo fue su vida. Martín Gaite también destaca como representante de una sociedad donde reina la soledad, el individualismo, la falta de comprensión y la injusticia social, y en sus obras es capaz de trasmitirlo todo con una claridad que se convierte en pura descripción. La novela de corte existencial es otra de la tendencias reinantes en la España de ese tiempo; Delibes "La sombra del ciprés es alargada" y Carmen Laforet con "Nada" reflejan angustia, tristeza y sensación de indefensión. Encontramos también novelas de corte poético en las que el trabajo principal radica en la palabra y no en la historia narrada (José Antonio Zunzunegui). El origen de tantas tendencias diversas con un fondo común reside en las características de la España de los años 40; la pobreza, la miseria, la violencia, la incultura, la falta de libertad y las persecuciones políticas. En las novelas de los años 40 no hay una crítica directa, hay que esperar a los 50 para poderla ver, sin embargo no deja de ser un periodo interesante para estudiar a fondo porque se convierte con cada obra en un importante aporte histórico que refleja las miserias de una sociedad que no podía expresarse de otro modo.
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GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
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