Hace ya un montón de siglos, que las comedias de capa y espada triunfaron como lo hacen hoy los thrillers o las películas de acción; por aquel entonces, y hablo del siglo XVII la población era casi analfabeta y disfrutaba de un género que casi siempre, por no decir siempre, trataba el mismo tema: la honra, el enredo y el matrimonio. Todo ello se agitaba en un cóctel para ofrecer al público dos visiones paralelas del mismo tema, la que era rebuscada, apasionada y adornada de un registro lingüístico muy culto que representaban los galanes, los nobles, las damas y los padres de las damas, y otro más sencillo, lógico y mundano, que a través de la figura del gracioso encarnada por el criado, ponía orden a tan tormentosas pasiones. El público disfrutaba del discurso del criado haciéndolo propio, ya que apenas comprendía el de los protagonistas que vivían como hechizados por un amor sublime e idílico.
Hoy en día se asemejarían estas comedias a las de enredo, eso sí mostrando conflictos entre nobles y caballeros, lo cual ya está un poco pasado de moda. Lo bueno de estas obras era que el final lo desenredaba todo por muy liado que estuviese, y esto era un lección de aprendizaje para resolver conflictos que el público de otro modo no hubiera conocido jamás. Como siempre, la literatura se adapta a los tiempos, los acompaña y sirve de maestra y guía a una sociedad que busca el arte como medio de aprender. El tema del matrimonio como objetivo para ser feliz estaba presente en ellas, lo deseaban los galanes, las damas y sus padres que son la figura que protege y cuida de la honra de la mujer, y en general todo personaje que se presentase como un enamorado. Aparece la venganza de sangre y los duelos para restaurar la decencia de una familia enredada en un sin fin de confusiones, que se van desmadejando para no llegar nunca a la tragedia. Lope de Vega fue un gran creador de comedias de capa y espada, y no hace muchos años que el cine español se encargó de llevar a lo más alto, a través de las pantallas, a una de ellas: "El perro del hortelano". Por supuesto que por aquel entonces se escribieron muchas ( "La dama boba", "Los engaños de un engaño"...) y en todas ellas se vuelven a repetir los mismos patrones, supongo que la moda, las tendencias y gustos del público influyeron a los escritores de teatro, tanto como para hacer que El Siglo de Oro español nos dejase estas joyas de la literatura para estudiar, leer y recordar en siglos posteriores.
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GEMMA ROMERO P.Psicóloga y Escritora. Archivos
Junio 2019
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